Día Mundial de la Justicia Social. Una introducción a la Justicia Social.

Por Michelle Carrera; Co-Fundadora de Casa Vegana

Es el Día Mundial de la Justicia Social, y Casa Vegana de la Comunidad te recordará cómo el veganismo es una cuestión de justicia social. Todas las opresiones están interconectadas porque se basan en los mismos principios subyacentes y estructuras de poder y privilegio. Estos patrones de daño se institucionalizaron en las Américas como legado de la colonización europea, que desplazó y esclavizó a los pueblos indígenas y negros. Los sistemas de jerarquía, supremacía y opresión que existen hoy en día están interrelacionados y se refuerzan mutuamente, lo que significa que existen y persisten porque se apoyan y mantienen mutuamente.

El especismo no es una excepción.


El veganismo está interrelacionado con otras cuestiones de justicia social, como por ejemplo:

  • Justicia medioambiental: La agricultura animal es uno de los principales contribuyentes a la degradación del medio ambiente, incluyendo la deforestación, la contaminación del agua y las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos impactos ecológicos afectan desproporcionadamente a las comunidades marginadas, incluidas las comunidades del Sur Global, las comunidades de bajos ingresos y las personas de color.

  • Justicia alimentaria: El acceso a alimentos nutritivos, culturalmente relevantes y sostenibles es un derecho humano fundamental. Sin embargo, la ganadería contribuye al desperdicio y la escasez de alimentos, lo que puede tener efectos devastadores en comunidades que ya luchan por acceder a los alimentos. El gobierno subvenciona los alimentos de origen animal y otros alimentos altamente procesados que carecen de valor nutricional, lo que provoca resultados desproporcionados en la salud de las comunidades con bajos ingresos y de personas de color.  

  • Derechos de los trabajadores: Los trabajadores de la industria cárnica y láctea suelen estar sometidos a condiciones inseguras de trabajo, salarios bajos y acceso limitado a protecciones laborales. La mayoría de estos trabajadores son indocumentados y personas con bajos ingresos, y son sobreexplotados y amenazados de deportación con frecuencia.

  • Salud pública: Los productos de origen animal pueden causar varios problemas de salud, como enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. Estos problemas de salud afectan de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos y a las personas de color.

  • Justicia para discapacitados:  Los animales y las personas con discapacidad suelen ser objeto de confinamiento, control y explotación. Dado que para definir al "humano" se utiliza un conjunto específico de criterios relativos a las capacidades físicas o cognitivas, cualquiera que no los cumpla es considerado "infrahumano" en una jerarquía de opresión.

  • Justicia racial: La explotación de los animales se ha utilizado para justificar la explotación y el maltrato de las comunidades humanas marginadas, en particular las comunidades de color. Históricamente, esto se ha visto en el uso de analogías animales y lenguaje deshumanizado para justificar la opresión de la gente de color.

  • Feminismo: Las causas profundas de la explotación animal y la opresión de género están interconectadas y provienen de los mismos sistemas patriarcales y jerárquicos de poder que priorizan los intereses de unos pocos privilegiados sobre las necesidades y el bienestar de la mayoría. La masculinidad se asocia a comer animales y a infligir violencia a los demás, lo que a menudo se observa en situaciones de violencia doméstica.

  • Liberación animal: El veganismo se basa principalmente en la liberación animal.

Pero, por supuesto, debemos ir más allá. Para acabar con la explotación de los animales, es importante también conocer y actuar en otras cuestiones de justicia que se sostienen mutuamente.  Si realmente nos tomamos en serio la liberación animal, es nuestro deber solidarizarnos con activistas de todos los demás movimientos. Sería insular preocuparse sólo por la liberación de los no-humanos cuando las opresiones que existen en nuestra sociedad afectan tanto a los humanos como a los animales. nosotros mismos estamos oprimidos y en relación con otros que también lo están.

La justicia social se refiere al concepto de crear una sociedad justa y equitativa, en la que todos los individuos tengan el mismo acceso a los recursos, oportunidades y derechos. Sin embargo, lograr la justicia social exige cambiar las actitudes y los comportamientos individuales y transformar las normas, los valores y las instituciones sociales que perpetúan la desigualdad y la injusticia. Abogar por la justicia social requiere una comprensión política del contexto porque las cuestiones de justicia social suelen estar profundamente arraigadas en sistemas y estructuras políticos.

Por lo tanto, abogar por la justicia social requiere una comprensión política del contexto en el que se producen las injusticias sociales, lo que incluye entender cómo opera el poder en la sociedad, cómo funcionan las instituciones y cómo afectan las leyes y las políticas a las distintas comunidades. También implica reconocer la naturaleza histórica y sistémica de las desigualdades sociales y cómo se entrecruzan y se combinan para crear experiencias únicas de discriminación y marginación para individuos y comunidades.

Además, debemos examinar nuestras propias identidades y cómo pueden sustentar los sistemas de opresión. Todos somos producto del contexto social y político en el que hemos crecido y en el que vivimos actualmente. Esos contextos están moldeados por una serie de factores que interactúan con nosotros y nos forman en función de nuestras identidades, experiencias y de cómo nos percibe la sociedad. Esto hace que a menudo interioricemos inconscientemente ciertas creencias que influyen en nuestros comportamientos y formas de ser. Aunque valoremos la equidad, la justicia social y la diversidad, podemos actuar de un modo que perpetúe los sistemas de opresión.

Al comprender el contexto político y examinar nuestras identidades, los defensores de la justicia social pueden identificar las causas profundas de las injusticias sociales, desarrollar estrategias eficaces para el cambio y trabajar para transformar los sistemas y las estructuras que perpetúan la desigualdad y la opresión. Una comprensión política del contexto es esencial para lograr un cambio social significativo y duradero.

Pero, si eres nuevo en la justicia social o en un movimiento específico, hay formas sencillas de empezar a actuar en solidaridad. Comparto mi práctica sobre cómo acercarse a la justicia social, incluso cuando necesitas conocer mejor el contexto político de un movimiento en específico.

AMOR

El amor es la base sobre la que se apoyan todos los demás principios, y constituye una poderosa motivación para crear una sociedad más justa y equitativa. El amor no es sólo un sentimiento personal, sino una fuerza política que puede transformar nuestra comunidad.

En su libro "All About Love: New Visions, Bell Hooks escribe: "Cuando amamos, tendemos a nutrir, cuidar y afirmar la vida. El amor nos hace responsables, no sólo de nuestras necesidades y deseos personales, sino de las necesidades y deseos de los demás". El amor nos obliga a trabajar por la justicia social, a luchar por los derechos de las comunidades marginadas y a desafiar el statu quo.

El amor en el trabajo por la justicia social para nosotros mismos, nuestro pueblo y todas las personas oprimidas no es una emoción superficial, sino un acto radical de compromiso profundo y permanente con el bienestar de los demás. Reconoce que todos estamos interconectados y que nuestros destinos están ligados. El amor nos exige empatía y compasión, ver la humanidad en los demás y trabajar por su bienestar. El amor es una herramienta poderosa para crear el cambio, pero requiere que seamos valientes, que asumamos riesgos y que nos comprometamos con la justicia.

ESCUCHAR

Escuchar implica prestar atención a las voces de quienes se ven más afectados por los sistemas de opresión y centrar sus experiencias en nuestros esfuerzos. Cuando escuchamos a quienes han sido marginados históricamente, comprendemos mejor cómo funcionan estos sistemas. Podemos trabajar mejor para desmantelarlos.

Escuchar también significa reconocer que nuestras experiencias no son universales. Requiere que salgamos de nuestra propia perspectiva y entendamos el mundo desde la perspectiva de quienes han sido históricamente marginados. Esto implica reconocer y cuestionar nuestros propios prejuicios y suposiciones y estar abiertos a aprender de aquellos cuyas experiencias pueden ser muy diferentes de las nuestras.

En el trabajo por la justicia social, escuchar no consiste sólo en oír lo que dicen los demás, sino también en seguir su ejemplo. Se trata de reconocer que los más afectados por la opresión son los expertos en sus propias experiencias y que sus voces deben ocupar un lugar central en el movimiento. Esto significa estar dispuesto a seguir las indicaciones de quienes se ven más afectados por los problemas que tratamos de resolver y apoyar su liderazgo en el movimiento.

Escuchar también implica ser un aliado y un co-conspirador en lugar de un salvador o un héroe. Requiere que nos solidaricemos con quienes luchan por la justicia en lugar de intentar hablar por ellos o atribuirnos el mérito de su trabajo. Significa reconocer las dinámicas de poder que están en juego en nuestra sociedad y trabajar para cambiar esas dinámicas de forma que se empodere a quienes han sido marginados históricamente.

ACCIÓN

La acción implica dar pasos concretos para desafiar los sistemas de opresión que existen en nuestra sociedad. El trabajo por la justicia social no consiste sólo en hablar o pensar sobre el cambio; requiere que nos impliquemos en acciones que lo provoquen activamente.

Una de las activistas por la justicia social más conocidas, Angela Davis, ha dicho: "Ya no acepto las cosas que no puedo cambiar. Estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar". Cuando vemos injusticias, no basta con hablar de ellas, publicarlas en las redes sociales o esperar que desaparezcan. Debemos trabajar activamente para cambiarlas.

Actuar por la justicia social significa desafiar los sistemas de opresión. Esto puede implicar alzar la voz contra la discriminación y la desigualdad, trabajar para cambiar las políticas y leyes que perpetúan estos sistemas y apoyar a los movimientos y personas que trabajan por la justicia.Pero también significa examinar nuestra complicidad en estos sistemas de opresión. Debemos estar dispuestos a enfrentarnos a nuestros propios prejuicios y trabajar para cambiar nuestra forma de pensar, hablar y actuar. Esto puede implicar cuestionar nuestros propios privilegios y reconocer las formas en que nos hemos beneficiado de estos sistemas de opresión.

La acción en favor de la justicia social no es lo mismo que el trabajo misionero o la caridad. Cuando nos comprometemos con la justicia social, debemos abordarla desde la humildad y el reconocimiento de nuestros privilegios, admitiendo que quizá no tengamos todas las respuestas y que debemos aprender de quienes han experimentado la opresión de primera mano.

¿Estás cambiando tu lenguaje para incluir la perspectiva de género? ¿Estás cambiando tu visión de lo que es un cuerpo sano y estás viendo a los demás a través de un lente de heterogeneidad? ¿Estás deshaciendo la gordofobia? ¿Sigues haciendo comentarios sobre los cuerpos de los demás? ¿Tomas el trabajo de los oprimidos y lo haces pasar por tuyo? ¿Ganas dinero con las ideas de los demás? ¿Trabajas activamente por el antirracismo desafiando a los opresores? ¿De qué lado te pones cuando los hombres blancos cisgénero son acusados de acoso y abuso sexual? ¿Intentas conocer otros movimientos y escuchas las voces de los oprimidos?

CUIDADO

Como dice Prentis Hemphill, activista por la justicia curativa "Necesitamos crear espacios que honren nuestro dolor, y que honren nuestra alegría, y que honren nuestra complejidad".

El cuidado en el trabajo por la justicia social reconoce cómo los sistemas de opresión pueden afectar a nuestras comunidades y a nuestro bienestar. Esto puede implicar abordar cuestiones como el acceso a la atención de salud, a una vivienda asequible y a una alimentación sana, y apoyar a los movimientos y organizaciones que trabajan para resolver estos problemas.

El cuidado en el trabajo por la justicia social también implica construir relaciones de confianza y apoyo mutuo. Significa reconocer la interconexión de nuestras luchas y trabajar juntos. El apoyo mutuo es una práctica en la que las personas se reúnen para satisfacer las necesidades de nuestra propia comunidad y apoyarse mutuamente sin depender de instituciones tradicionales o de la caridad formalizada.

El cuidado se centra en las necesidades y experiencias de las personas a las que sirve. Las personas más afectadas por la opresión y la marginación tienen voz y voto a la hora de decidir qué tipo de ayuda y recursos se necesitan y cómo se distribuyen. Esto puede incluir proporcionar ayuda alimentaria y de vivienda, apoyo emocional y cuidado de niños.

El trabajo de apoyo mutuo y el cuidado colectivo dan prioridad a la atención de la persona en su totalidad, en lugar de limitarse a atender las necesidades inmediatas. Esto significa reconocer la interconexión de los problemas sociales, económicos y políticos y prestar un apoyo que aborde estos problemas sistémicos. Por ejemplo, el apoyo mutuo puede apoyar a las personas que luchan con problemas de salud mental, ofrecer educación y recursos para desenvolverse en el sistema jurídico o trabajar para abordar problemas más importantes como el racismo, la pobreza o la inseguridad de la vivienda.

¿Cómo estás amando, escuchando, actuando y cuidando en este Día Mundial de la Justicia Social? ¿Cómo estás ayudando a los demás? Aunque espero que estés haciendo el trabajo de ser solidario con la liberación animal, espero que no acabe ahí. Espero que estés haciendo el trabajo interno, aprendiendo sobre los contextos políticos que hay detrás de los movimientos por la justicia social, solidarizándote y trabajando junto a las comunidades oprimidas. Nuestro futuro depende de la liberación interconectada.

Michelle Carrera es la Fundadora de Casa Vegana de la Comunidad y de Chilis on Wheels.

Las opiniones y puntos de vista expresados en este artículo son exclusivamente del autor invitado y no reflejan necesariamente la postura oficial de Casa Vegana. Casa Vegana no se hace responsable del contenido y de cualquier consecuencia que pudiera derivarse de la interpretación o uso de la información proporcionada en este artículo. Aunque se realiza un esfuerzo para verificar la veracidad de la información proporcionada, Casa Vegana no puede garantizar su exactitud. Los lectores deben realizar su propia investigación y consulta con expertos antes de tomar decisiones basadas en el contenido de este artículo.

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